La fiebre del valle, también conocida como coccidioidomia, es una infección respiratoria causada por una especie de hongos que se encuentran típicamente en el suroeste de los Estados Unidos, el norte de México, Centro y Sudamérica. Aunque la fiebre del Valle no tiene una causa conocida, comúnmente se transmite por humanos que entran en contacto directo con un paciente con esta afección.
El nombre proviene de CF, que significa coccinella feae, un género de esta familia. Está estrechamente relacionado con Ehrlichia chrysogenica, otro hongo que se encuentra comúnmente en humanos y ganado, pero no se ha estudiado tanto como la cocaína. Sin embargo, tanto la cocaína como la Ehrlichia son altamente patógenas.
Si bien la mayoría de nosotros hemos visto una erupción de color marrón amarillento en el pecho, la cara o la ingle que podría confundirse con la FQ, en la mayoría de los casos este no es el caso. Los síntomas de la fiebre del valle también pueden incluir membranas mucosas blancas o amarillas. A veces, el área alrededor de la nariz puede causar picazón o dolor. En algunos casos, esto puede provocar tos intensa, dificultad para respirar, convulsiones, náuseas o fatiga.
Si experimenta alguno o todos estos síntomas, busque atención médica de su proveedor de atención médica. Cuanto antes le diagnostiquen, mejor será el pronóstico. Si tiene otras afecciones comórbidas, como VIH, tuberculosis o hepatitis, debe buscar tratamiento con su médico. Estas condiciones también pueden aumentar su riesgo de contraer la fiebre del valle. Asegúrese de preguntarle a su proveedor de atención médica si corre el riesgo de desarrollar fiebre del valle si es VIH positivo o tiene otras afecciones médicas crónicas.
El primer paso para tratar la fiebre del valle es determinar dónde vive. Esto ayudará a su proveedor de atención médica a encontrar el tratamiento adecuado para su afección. Si tiene un virus en un área pero ninguna enfermedad en otra, su médico puede elegir una combinación de tratamientos para tratarlo. Esto incluye medicamentos recetados, esteroides, antihistamínicos o descongestionantes.
Si tiene tanto el virus como la bacteria, su médico puede tratar su cuerpo fortaleciendo su sistema inmunológico para combatir el virus y las bacterias, o suprimiendo las bacterias para evitar que la infección regrese. Este enfoque puede implicar tomar antibióticos para eliminar tanto el virus como las bacterias. y el uso de interferones para reducir la cantidad de Cf en su torrente sanguíneo. Sin embargo, estos medicamentos pueden causar efectos secundarios.
Algunas personas prefieren la cirugía para curar el tratamiento de la fiebre del valle
En este caso, los médicos usan láser y luz para destruir virus y bacterias. Los resultados suelen ser menos graves que cuando se trata solo el Cf
La fiebre del valle es fácil de prevenir. Si es susceptible a esta enfermedad, mantenga el área en la que está infectado limpia y seca, use guantes al limpiar y siempre use una máscara. Use gafas protectoras cuando realice cualquier actividad física que exponga su boca y nariz al aire.
Siempre debe tomar un medicamento antiviral tan pronto como experimente un brote de fiebre del valle. Si cree que tiene una infección respiratoria, debe consultar a su médico lo antes posible. Cuanto antes se trate, más rápido podrá volver a encarrilar su vida.
Aunque los medicamentos antivirales suelen ser la primera línea de tratamientos para la fiebre del valle, los médicos pueden combinar varios tratamientos para obtener mejores resultados. Una combinación de medicamentos que se usa para tratar la Fiebre del Valle es el Sistema de Terapia Combinada. CTS). Esto combina medicamentos antimicóticos y medicamentos antiinflamatorios para reducir la hinchazón y el dolor y mejorar los síntomas. Esto es muy eficaz, especialmente cuando se combina con otros métodos de tratamiento, como esteroides y líquidos intravenosos.
Su médico puede recomendar el uso de medicamentos antivirales como una opción de tratamiento si las bacterias son resistentes a otro medicamento. Esto es especialmente importante si las bacterias son resistentes a los medicamentos. En esta situación, los médicos pueden recetar antibióticos orales u otros medicamentos para matar las bacterias por completo. Los medicamentos antivirales generalmente no se usan como parte de la terapia inicial.
Para aquellos cuyos niveles de Cf son altos, los médicos pueden recomendar una cirugía. El abordaje quirúrgico más común se conoce como "cirugía antibiótica de los senos nasales". La cirugía puede detener la propagación de la infección y suele ser un último recurso.
Facundo Arias – сardiólogo con 15 años de experiencia.
Educación:
- Residencia en Cardiología
- Grado de Doctor en Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
- Certificación en Soporte Vital Cardiovascular Avanzado (ACLS)
Educación Continua:
- Participación como ponente en la Conferencia Anual de Cardiología sobre “Avances en la Salud Cardíaca”
- Asistencia a talleres sobre “Innovaciones en Cardiología Intervencionista”
- Completó un curso avanzado sobre “Imagen y Diagnóstico Cardiovascular”
Experiencia Profesional:
- Jefa del Departamento de Cardiología en el Hospital Ciudad (2010 – Presente)
- Cardióloga en la Clínica de Cuidado Cardíaco (2005 – 2010)
- Fellowship en Cardiología Intervencionista en el Instituto Nacional del Corazón (2003 – 2005)
- Internado Médico en el Hospital General (2000 – 2001)
Acerca de Mí:
Como cardiólogo comprometida, me especializo en diagnosticar y tratar una amplia gama de enfermedades cardíacas, incluyendo enfermedad de las arterias coronarias, arritmias, insuficiencia cardíaca e hipertensión. Mi experiencia también incluye realizar procedimientos intervencionistas como angioplastias y colocación de stents. Con un fuerte compromiso con la atención al paciente, mi objetivo es proporcionar planes de tratamiento personalizados que prioricen el bienestar de mis pacientes. He escrito varios artículos en revistas médicas de renombre y he sido ponente destacada en numerosas conferencias de cardiología. Mi objetivo es contribuir al avance de la atención cardiovascular a través del aprendizaje continuo y la excelencia clínica.
